El conflicto entre Israel y Líbano se ha intensificado drásticamente, con sirenas antiaéreas activándose en múltiples ciudades del norte de Israel. El Ejército israelí confirmó que identificaron varios proyectiles provenientes de Líbano, que cruzaron la frontera sin que se informaran daños significativos. En respuesta, las fuerzas israelíes lanzaron nuevos ataques aéreos en Beirut, atacando objetivos clave del grupo chií libanés Hezbolá, incluyendo infraestructuras terroristas en el sur y este del país.

Hasta ahora, los ataques han provocado la muerte de más de 2.000 personas en Líbano, con 1,2 millones de desplazados. En Gaza, la ofensiva israelí sigue dejando un saldo devastador. A un año del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que causó la muerte de 1.200 personas en Israel, la respuesta militar israelí ha dejado más de 41.900 muertos, incluidos 17.000 niños, y ha generado la evacuación masiva de civiles en diversas áreas del enclave.

Los ataques continúan en la ciudad de Yabalia, donde se han ordenado nuevas evacuaciones. Mientras tanto, en el campo de refugiados de Al Bureij, los bombardeos israelíes han causado la muerte de al menos 17 personas, mientras que en Nuseirat murieron 10 más. En Rafah, un dron israelí mató a ocho personas en un punto de recogida de agua.

Por su parte, Israel aseguró haber matado a otro alto comandante de Hezbolá, Suhail Husein Huseini, en un ataque aéreo en Beirut. Huseini era un miembro clave en la planificación y distribución de armas para la milicia. Los recientes ataques son parte de la campaña militar israelí para desmantelar la infraestructura terrorista de Hezbolá, lo que ha escalado el conflicto con posibles represalias por parte de Irán, que ya lanzó misiles en respuesta a la muerte de altos líderes de Hamás y Hezbolá.

( DW )